único testigo

dibujo by mi hermano

Llevaba allí demasiado tiempo, tanto que muchos desconocían como había llegado hasta allí. Pero como se contaba en la vieja ciudad cercana en esa explanada hubo una cruenta lucha. Una de las miles que asolan el mundo.

Hermanos contra hermanos, amigos de toda la vida, allí no hubo distinciones entre conocidos. Si estabas en el bando contrario eras un enemigo. Y en la guerra si no matas te matan.

Esa era la historia de esa explanada, muchos murieron allí. Demasiados. Los cuerpos llenaron los caminos. Muertos por disparos de gente a la que, en otras circunstancias hubieran confiado su vida.

Nadie recuerda porque se llegó a ese extremo, ni porque se declaró la guerra. Solo sabían la cantidad de vidas que se perdieron en ese lugar.

Fue el último de una serie de enfrentamientos que asolaron todo el país. Pero fue el más cruel de todos ellos. Tanto que los dos bandos se decidieron a negociar y poner fin a varios años de lucha.

Ninguno de los supervivientes quiso volver al campo de batalla a recoger los cuerpos. Allí pasaron varios meses, alimentando a carroñeros que dispusieron de un banquete sin igual.

Solo cuando la vergüenza de tantas muertes entre hermanos y amigos comenzó a desaparecer se dignaron a proporcionar a los muertos un lugar de descanso.

No hubo ceremonias, tampoco levantaron un mausoleo ni estatua alguna para recordar a los muertos.

El lugar era ya de por si un enorme recordatorio de lo que allí había ocurrido. Uno de los lugares desde donde se disfrutaba de uno de los mejores amaneceres del mundo no iba a permitir que se olvidaran tan fácilmente del horror que allí se vivió.

Alguien al abandonar el lugar donde se enterraron los restos de los que cayeron en la batalla clavó un arma en el suelo.

Y allí permanece como único testigo de lo que allí ocurrió. Testigo mudo de lo que allí ocurrió. Testigo de que nadie más volvió a ver el amanecer con los mismos ojos.

canción perfecta para escuchar mientras se lee la historia