Hola:
Hoy te he visto, supongo, y espero, que por última vez en un largo tiempo. Suena egoísta lo sé, pero también sé que tú estás a punto de iniciar un viaje que yo no estoy preparado para emprender.
Nos has engañado a todos. Sabíamos que estabas enferma pero no que enfermedad era la que te atormentaba.
Pero al final la verdad ha salido a la luz. Tú estabas enferma y esa enfermedad es de las que se llevan a las personas en poco tiempo si no se cogen a tiempo.
No me ha gustado verte así, porque no eres la primera persona a la que veo pasar por lo mismo y algo me dentro de mi me dice que no será la última.
Estabas dormida, la medicación tiene ese efecto, y sé que también tiene otro tipo de efectos.
Desde aquí sabemos que te queda poco tiempo, pero que no vas a sufrir demasiado. Je, injusto consuelo el que nos queda. Te irás sin dolor… pero te irás…
Siempre recordaré todos los libros que me regalaste cuando era pequeño, El gato Mog, Uki Tanka pequeño bisonte… Todos del barco de vapor, todos con el fin de que me los leyera. Siempre amenezabas con preguntarme sobre los libros que me regalabas, pero nunca hacía falta porque yo te los contaba.
El día de mi cumpleaños siempre estaba tu libro entre los regalos recibidos, y aunque el goteo terminó sé que tú sabías que yo seguía devorando líneas y líneas.
Gracias por ayudar a mi madre en enseñarme el placer de la lectura.
Pero no te puedo dar las gracias por haberte callado tu enfermedad, por habernos mantenido al margen. Por haberte encontrado como hoy lo he hecho…
Porque te vas… y yo no estoy preparado para echar de menos a nadie más…
Porque te lloro cuando aún no te has ido…
Porque te extraño cuando aún no te has marchado.
Te echaré de menos…